VIH.
Se deben a transmisión vertical, es decir, el virus se transmite al niño en el útero de su madre o al atravesar el canal de parto. También se detectó el virus en la leche materna.
Al nacer, los bebés nacidos de madre infectada por VIH pueden tener resultados negativos en los análisis y no presentar síntomas. Esto no significa que el bebé no esté infectado. Se realizarán análisis de sangre en diversas etapas después del nacimiento y hasta pasados los 6 meses de edad para determinar el estado de VIH del bebé. Los síntomas pueden incluir:
- dificultades para desarrollarse - retardo de crecimiento físico y de desarrollo manifiesto por deficiencias en el aumento de peso y en el crecimiento óseo.
- hinchazón abdominal (debido a la hinchazón del hígado y del bazo)
- inflamación de los ganglios linfáticos
- diarrea intermitente (diarrea que aparece y desaparece)
- neumonía
- candidiasis oral - infección por hongos en la boca caracterizada por manchas blancas en el interior de las mejillas y en la lengua. Estas lesiones pueden ser dolorosas para el bebé.
Las manifestaciones clínicas iniciales más frecuentes son las infecciones bacterianas recurrentes producidas por gérmenes habituales. Estos cuadros suelen ser severos presentándose como bacteremia, sepsis, neumonía y diarrea, aunque también son comunes infecciones leves o moderadas recurrentes, como infecciones respiratorias altas, otitis y sinusitis.
Las infecciones por agentes oportunistas son más tardías y revelan un deterioro importante de la función inmune; estas infecciones en los niños representan una primoinfección, a diferencia del adulto en los que habitualmente corresponden a reactivación de una infección latente. En niños las más frecuentes son candidiasis oral, neumonía por Pneumocystis carinii, infecciones por Citomegalovirus y diarrea por Cryptosporidium.
Son también manifestaciones precoces de infección las denominadas manifestaciones inespecíficas, como adenopatías, hepatoesplenomegalia, hipertrofia parotídea, dermatitis eczematosa, candidiasis oral, fiebre, detención del desarrollo pondoestatural.
De gran importancia son las manifestaciones neurológicas, entre las que se describe un cuadro característico de "encefalopatía progresiva", en el que se produce deterioro progresivo de la actividad intelectual y motora y aumento del tono muscular, el que puede evolucionar a una tetraparesia espástica. La tomografía de cráneo revela atrofia cerebral y calcificación de los ganglios basales, la que es patognomónica. Otras manifestaciones neurológicas son defectos en el área cognitiva, retraso del desarrollo psicomotor y microcefalia.
Además, el VIH puede afectar prácticamente todos los órganos y sistemas de la economía, determinando manifestaciones en muchos de ellos, como el respiratorio, gastrointestinal y hepatobiliar, cardiovascular, renal, endocrino y otros.
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