Malnutrición.
Desde el embarazo, el feto requiere nutrientes que intervienen en su formación y en el desarrollo y el crecimiento de sus órganos; entre ellos, el cerebro.
“En los primeros meses de la gestación se da la multiplicación de las neuronas y otras células del cerebro del bebé. Si por alguna razón no hay una adecuada nutrición, las células no se multiplican y el cerebro no crece apropiadamente”.
Las células tienen que madurar y hacer conexiones. Si hay falencia de nutrientes, no se da la comunicación, la unión entre ellas ni el proceso de mielinización, que permite la transmisión de impulsos nerviosos.
Cabe anotar que la desnutrición también es una consecuencia de enfermedades o condiciones que presenta la madre antes o durante el embarazo. Casos que deben ser valorados por un médico.
Si hay una deficiencia de nutrientes esenciales para su formación, por tiempo prolongado, “se producen problemas en el desarrollo cognitivo y de aprendizaje en el futuro.
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